martes, 4 de mayo de 2010

Relato B (de tres y nueve)


Es una tarde única, aunque cualquiera, a principios del mes de marzo; cinco sería el día exacto, pasadas ya las siete luego del meridiano. Una paloma negra sobre una de las farolas de la plaza de armas, mientras otras tantas aves se desparraman por las baldosas de piedra rojiza y el aire calido que aún acaricia la ciudad.

Cierto, digo aún por el simple hecho que, de variadas formas esta tranquila tarde es un reflejo de aquellas de septiembre, siendo exactos, de un cinco por allá, quizás con muchas diferencias de opiniones, vehículos nuevos contaminando por allí, unos cuantos cientos o miles de bebés respirando esta realidad y otros tantos que expiraron entre hospitales y accidentes de transito (sin contar a quienes se llevó el mar y los muros caídos, el ultimo veintisiete, dando el rojo particular de septiembre al triste inicio de este marzo).

Pero los árboles siguen en su sitio, como hace seis meses, entre el grito y los saltos de los niños tras los gorriones arremolinados intentando coger el pan de los ancianos… lo siento, este marzo tiene demasiado septiembre entre sus calles y banquitos de madera, salvo por las banderas a meda asta y se avanza hacia pasajes mas fríos, internándose mas y mas hasta perder medio arco iris en el camino.

Tres y nueve distan por un junio, para algunos, lleno de lluvias y tonos monocromáticos, cargados de legumbres y circunstancias que bordean los doce grados Celsius.

Como dije, este tres es tan nueve, la paloma me dejó, dejó la farola y dos rapaces quedan madurando entre las hojas, como un marzo recurrente, decreciente, opuesto al reflejo de su nueve floreciente.

Y hace frío, de esos que no se agotan fácilmente, como cualquier cosa buena disminuida al tercio de lo que es, un tercio de nueve que no me gusta, aunque siga siendo parte del tercio completo.

Estoy redundando, tengo frío, la espera es larga y tengo solo una parte para conformarme, tengo solo un tres de todo un nueve, no se si baste, aún cuando este cinco de este tres sea igual que cualquier otro cinco de su nueve… no se si baste.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que giro has tenido, me gusta, vas probando distintas maneras, no soy lego, pero es distinto a todos

Anónimo dijo...
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